11 AÑO
La luz de Topers se iluminó en 1954 por la brillante chispa y el conocimiento técnico de Nurettin Toper en un pequeño taller de 33 metros cuadrados. El Sr. Nurettin trabajó muy duro para fabricar nuevas máquinas, para facilitar la producción y elevar la calidad desde su temprana edad y el tostador de café que desarrolló atrajo gran atención en ese entonces. En esos días, hizo el primer molino de trigo agrietado de Turquía con su alta previsión. Contaba con el gran apoyo de su esposa la Sra. Zekiye y anualmente fabricaba alrededor de 300 máquinas en su diminuto taller que aún siguen funcionando después de todos estos años de medio siglo. La tradición familiar de Toper se basa en esta gran solidaridad: en la década de 1970, todas las generaciones venideras recibieron una formación técnica o participaron activamente en la producción. En la década de 1980, la nueva generación comenzó a trabajar en los departamentos de investigación de algunas universidades e instituciones. En aquellos días, los productos Toper atrajeron mucho la atención de los libios y, por lo tanto, la primera vez que la marca Toper estaba en el extranjero. Como la experiencia del Sr. Nurettin se combinó con las investigaciones de las nuevas generaciones, los nuevos productos entraron en el mercado yugoslavo a principios de 1990. Con el constante desarrollo de los estándares de calidad técnica y seguridad, los productos Toper comenzaron a exportarse a Rumania, Estados Unidos, Canadá e Italia en 1995, respectivamente. A partir de entonces, Toper logró acortar el período de tostado a 9 minutos y en 1997 comenzó a cooperar con Tubitak (el Consejo de Investigación Científica y Técnica de Turquía) por primera vez. Tras el segundo proyecto de Tubitak, Toper cooperó intensamente con universidades e instituciones de investigación y desarrolló numerosas licencias. Con la tercera generación de la familia, educada en mecánica, técnicas, automatización, marketing internacional y desarrollo empresarial, Toper, hoy, fabrica los procesadores de café líderes en el mundo. La luz que el Sr. Nurettin encendió en 1954 brilla en 132 países hoy.
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